La multiculturalidad implica la coexistencia de diversas
culturas en un determinado territorio y puede entenderse como el reconocimiento
del otro como distinto, pero no necesariamente implica el establecimiento de
relaciones igualitarias entre los grupos. La historia muestra cómo se ha
exigido a los otros desaparecer en tanto grupo cultural, ya sea por medio del
etnocidio directo como por medio de modalidades menos violentas, aunque con el
mismo objetivo; al respecto, destacan la asimilación y la integración como
políticas adoptadas por los Estados nacionales frente a sus pueblos
originarios.
Algunos
aspectos del multiculturalismo son:
·
Respeto y aceptación de todas las culturas.
·
Derecho a la diferencia y a la organización
de la sociedad.
·
Igualdad de oportunidades y de trato.
·
Apertura de espacios de participación en la
vía pública y social de los individuos y grupos de diversas culturas.
En un Estado multicultural
se debe:
·
Reconocer y aceptar la existencia del otro.
·
Respetar la dignidad y los derechos de los
diversos grupos culturales, lo que supone reconocer la igualdad en dichos
términos.
·
Garantizar la inclusión de todos los
colectivos culturales en el desarrollo de la nación. Esto implica su
participación en la toma de decisiones en todos los ámbitos.
·
Rechazar toda forma de desigualdad, exclusión
y opresión, y eliminar la discriminación y marginación.
La
multiculturalidad alude también a la cohesión social. Así, el Estado
multicultural debe garantizar el fortalecimiento de los vínculos comunitarios
mediante estatutos legales y administrativos que protejan a las distintas
culturas que conviven en un territorio.
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